Un relato corto de un joven estudiante que me sorprende a sus pocos años enhebrando con fuerza dos palabras: una es golpes, inevitables en la vida; otra es redención, que me gusta como final de su relato. Dejo reposar en el anonimato al autor para que vaya formando con calma su escritura y, con aventura y suerte, su vida.

Golpes y redención”                                                                                                                        

Tercera caída a la lona y esta vez no me iba a levantar. Sangre y lágrimas que se confundían con el sudor. El boxeo era mi vida y ahora me daba la espalda. Los brazos caían como fardos a ambos lados de mi cuerpo y comenzaba la cuenta hacia mi perdición.

1… Recuerdo en Miami mi primer combate. No fue reglamentado y cuando iba ganando, cuatro amigos de mi contrincante me acorralaron y me dieron una gran Paliza. Yo veía los golpes aproximarse y solo pensaba en mi padre. Me dijo que el camino no sería fácil. Recuperé la consciencia tres días después en un hospital.

2…Tristeza cuando me llegó una llamada de Krystal diciendo que solo era músculo y nada de cerebro, que no la quería y que quería su pensión de trescientos dólares al mes. Aquella conversación me duele más que la mayoría de los golpes que me hellevado a lo largo de mi vida.

3…Aspirante al campeonato del mundo. En mi memoria perdura ese día. Me llevé buenos golpes, pero gané. La vida me empezó a sonreír. Krystal esa noche me llamó para felicitarme, convirtiendo una noche memorable en un cúmulo de sombras en mi cabeza. Lloré en mi cama con el cinturón de campeón. Sabía que él no me consolaría en mis noches oscuras.

4…Autógrafos, mujeres, limusinas, puñetazos, caídas a la lona de los contrincantes, noches inolvidables. Tal vez la vida no era eso y yo vivía en una fantasía, pero cada día agradecía haber tenido la posibilidad de disfrutar de aquel espejismo, donde el fracaso y el dolor estaban fuera del diccionario.

5…Trevor y su inconfundible personalidad; un genio en lo suyo. Mi representante y mi mejor amigo. Tal vez mi único amigo en este circo. Muchas horas a su lado para saber que él era de verdad, y que casi todos los demás se marcharían cuando la gloria me diese la espalda.

6,… El estrépito de una bala en plena noche. Dolor seco y mi hombro desgarrado. Krystal en la puerta, al límite de la locura. Creo recordar que se fue corriendo porque perdí la consciencia debido a los nervios que había atravesado la bala. Mi brazoizquierdo no volvió a ser el mismo. A los tres días Trevor me informó que la habían cogido en el borde del puente dispuesta a tirarse.

7… Dos meses después del balazo de Krystal me enfrentaba al aspirante al título que tenía en mi poder. El brazo me falló y me llevé tantos golpes por ese lado que me tiré voluntariamente a la lona. Título perdido y vuelta a la senda del perdedor La vida no es éxito o fracaso, sino que es una mezcla de los dos, donde los más fuertes se levantan y luchan por volver a la victoria y los débiles pelean por mantenerse en la mediocridad.

8…Treinta y ocho años. Mi vida como boxeador llegaba a su fin pese a que Trevor no quisiese aceptarlo. Me hacía viejo. Mis reflejos no respondían a los sutiles golpes de un joven, y mi cerebro cada vez era más débil. Quería retirarme dignamente.Nunca me he considerado un fracasado, aunque muchas veces haya vivido en la medianía.

  9… Es cierto, yo me ganaba la vida noqueando a otros púgiles, pero al menos no había olvidado mis orígenes, a diferencia de John, mi hermano pequeño. Se fue un día de casa, cambió su apellido y no he vuelto a saber de él salvo por la información que de vez en cuando me pasa Trevor. Es un importante empresario y es posible que haya rehecho su vida, pero no se acuerda de su familia, así que no lo considero un verdadero hombre.

10.. ¿El final? Escribiré una autobiografía para retratar una vida plagada de éxito y fracaso. Tal vez era el momento de llamar a Krystal y volver con ella para iniciar esta nueva etapa. Se acabó el dolor físico. Un día puede que descubra a un joven talento que me recuerde a mí y decida entrenarlo.

Este mundo era como oxígeno para mis pulmones . Pensaba seguir respirando hasta el final de mis días.

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