Aquí uno empieza a darse cuenta de que las semanas en que esta notaría ha estado abierta han servido para que los entregados y generosos funcionarios que comparten nuestros despachos, sean ahora quienes, tras ver la misma evolución de cada notario semana a semana, nos ayuden a dar el paso decisivo de aflojar el chaleco de fuerza que nos oprime y ser lo que está en nuestra esencia: juristas eminentemente prácticos que buscan en Derecho soluciones y salidas: el buen Derecho siempre las tiene y las tenemos que encontrar.

NOTA :
Quise escribir este diario en tiempo real, pero el tiempo nunca es piadoso, ni antes ni después y se escapa sin control. Por tanto, escribo unos días después de regresar de la notaría de el Paso en La Palma, con ella en mi corazón y con los recuerdos que no quiero que siegue el paso continuo de horas, días y estaciones.