Este año tan extraño ha traído propuestas que han conseguido conmovernos. Una de ellas viene de la mano de PHOTOEspaña, un festival de fotografía que habitualmente se celebra en Madrid entre Junio y Julio, pero que como todo este año, se ha tenido que adaptar. La iniciativa ha consistido en colgar en formato cartel, en edificios destacados de más de cincuenta ciudades españolas, fotos que se han hecho durante el confinamiento desde el balcón. El balcón, posiblemente sea el lugar más representativo del confinamiento, ya que para muchos se convirtió en el único punto de contacto con el mundo exterior.

Cartel promocional

Albacete ha expuesto algunas de estas fotos en edificios como el de la Diputación o el Conservatorio de Danza. Hay de todo tipo; artísticas, realistas y todas tratan de emocionarnos:

Muñecos respirando aire libre

Después de todo esto, ¿qué pasará si los rebrotes provocan un segundo confinamiento igual de estricto que el primero?, ¿la sociedad se repondrá utilizando la creatividad como medio de evasión y de hacer que el tiempo pese menos? No lo sé. La situación es tan inexplicable, tan diferente a todo lo que hemos vivido hasta ahora, que cada día aprendemos más de nosotros de mismos porque estamos afrontando decisiones que nunca creímos que nos sucederían. Mientras tanto, el arte se abre paso para tratar de explicar todo lo que estamos viviendo. El arte perdura más que nosotros y servirá para que futuras generaciones recuerden lo que pasó en el lejano año 2020.

PD: Un libro que enlaza muy bien con esta última reflexión es “El arte como terapia” de Alain Botton donde trata profundamente la función terapeútica y sanadora del arte.

Martín Palomino Fernández

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